- Ayer en el Pleno solo faltaron los cubatas
En el Pleno ordinario del mes de enero de 2023, los ilusionistas y su comparsa – la concejal no adscrita -, hicieron un daño terrible a la política denigrándola y haciendo bueno los argumentos populistas esgrimidos desde el público en el turno de ruegos y preguntas en que los vecinos pueden participar.
Como no es la primera vez que ocurre, ni tampoco la primera legislatura, llegamos a la conclusión de que estos argumentos despectivos cuando no insultantes, para los políticos, son insuflados con anterioridad por una parte de la oposición (Ilusiona y concejal no adscrita) que no muestra los menores escrúpulos. Se nota en la complicidad, en la mirada y en las sonrisas entre los actores que ponen de manifiesto la necesidad de tensionarlo todo, aunque eso se lleve por delante el prestigio de la institución local y el del noble ejercicio de la función pública. Todo eso les da igual en su desenfrenada búsqueda del poder.
No se dan cuenta de que si el argumento que se permite es que todos los políticos son unos «sinvergüenzas», unos «chorizos», unos «inútiles» y «sólo van a la política por los cuatro mil euros» porque «son unos fracasados», ellos, en caso de llegar al poder validando estas aseveraciones y defendiendo a los vecinos que las pronuncian en el salón de plenos como si este fuera la barra de una taberna, están dando carta de naturaleza a que en la sociedad se instaure esa visión distorsionada de la realidad, y desde luego, son cómplices en la voladura de la dignificación de la política.
Pero también desde la Presidencia del Pleno – que ejerce la alcaldesa -, hay una responsabilidad en permitir que esto se venga produciendo desde hace ya tiempo, sin ejercer con autoridad las funciones que le corresponden para que esto no suceda. El miedo a que te califiquen de autoritario, no puede paralizar la obligación que tiene de defender primero a la institución, y luego a cada uno de los representantes públicos que se sientan en sus escaños. Unos representantes que han sido votados por los ciudadanos, por lo que estos últimos también están siendo agredidos.
Cuando alguien insulta, vilipendia, acusa o insinúa la corrupción de un concejal en el pleno sin aportar ni una sola prueba, está insultando a los ciudadanos que han puesto ahí a ese concejal. Una cosa es la libertad de expresión y otra el salvaje ataque que en el día de ayer sufrió el Pleno alentado por una parte de la oposición para la que los el fin justifica los medios.
Francisco Bella como Donald Trump. En Almonte, como en el ataque al Capitolio norteamericano o el atentado contra las instituciones constitucionales brasileñas se está gestando y alentando una impunidad manifiesta para aquellos que atentan contra nuestra democracia, contra los representantes públicos legítimamente elegidos, apoyando a actores dispuestos a forzar la situaciones hasta el punto del disturbio, del insulto provocador, con las maneras barriobajeras de los suburbios, en plan matón y con desprecio de las formas y normas más elementales de educación.
De aquí a las elecciones esto es lo que nos espera: Un espectáculo lamentable urdido por una oposición populista. Un circo mediático que no refleja la verdadera cara de los vecinos de este pueblo, que en su gran mayoría son capaces de expresar su indignación desde el respeto y haciendo gala de un talante democrático. De quien dirige el debate en el Pleno depende que no se siga permitiendo que el populismo (ni el espontáneo ni el teledirigido), siga avanzando en nuestra institución como lo hizo ayer al servicio de gente a la que nada le importa con tal de alcanzar el poder. Ayer en el Pleno sólo faltaron los cubatas.